Hay un lugar en el mundo lleno de sorpresas y está cerca, muy cerca de ti.
Las mejores cosas ocurren cuando no esperas nada, nada de nada.
Y, ¿sabes por qué?
Si lo sabes, pues nos vemos mañana. 😉
Si no lo sabes, sigue leyendo. Pero, sobretodo, no te generes ninguna expectativa…
Sigo.
Hace unos días, me recomendaron un restaurante.
Me dijo que era un poco caro, pero que te llevabas una experiencia gustativa experiencia única en un paraje fascinante.
Un sitio muy especial.
Al oír todo esto, mi mente empezó a trabajar creando un escenario idílico.
Una velada fantástica junto a mi pareja.
Las olas del mar acompañándonos en un ambiente tranquilo, luces tenues y con poca gente.
O sea, una noche inolvidable.
Y, ¿qué crees que pasó?
Pues que fué así, todo pasó como lo había pensado…
Jajajaja.
Pues no, nada de esto, esto nunca ocurre. Nuestra mente es una gran creadora de historias y todo lo que nos contamos o es muy bueno o es muy malo, nunca está en el término medio.
Y en este caso, mi mente lo hizo excelente y la realidad fué … pues fué buena.
En realidad la persona que me lo recomendó tenía razón, era un lugar excepcional, pero no llegó a lo que mi mente había creado, para nada.
Bueno, cambio de escenario y sigo.
Otro día, el pasado sábado. Llevábamos todo el día en casa y queríamos salir a tomar algo antes de cenar. No habíamos pensado en nada en concreto, solo coger un libro y pasar un rato tranquilo hablando o leyendo.
No le dimos tiempo a la mente a crear nada.
¿Pues sabes que pasó?
¡Seguro que lo has adivinado!
Pasé una tarde de las mejores que recuerdo desde hace bastante tiempo.
Un par de cervezas y un par de tapas.
Un lugar tranquilo, decoración étnica muy inspiradora, unos camareros amables y un para de horas conversando y leyendo.
Todo perfecto, para enmarcar.
Y ahora, por qué voy a recordar esta tarde como un momento especial con mi pareja. Y el otro no va a pasar a la historia de nuestra relación?
Pues debido a las expectativas.
Si, tan simple como esto.
Los humanos siempre estamos creando momentos en nuestra cabeza y, en lugar de vivir la vida tal y como está ocurriendo, primero lo planificamos todo y luego queremos que todo ocurra como lo hemos pensado.
Si no es así, nos frustramos y nos enfadamos con la vida.
Todo ocurre diferente porque quien de verdad es creativa es la vida, siempre nos sorprende.
Por esto es mejor no crear ninguna expectativa y disfrutar lo que pasa, como nos ocurrió en la segunda escena.
Pero, aunque nos hagamos expectativas, podemos hacer algo maravilloso con esto, en lugar de frustrarnos y enfadarnos con la vida, porque las cosas no ocurren como habíamos planeado, lo que podemos hacer es abrirnos a la sorpresa!
Si, la sorpresa de lo que está ocurriendo.
Y vivirlo como un niño, con curiosidad, como un juego.
Vivir el momento presente como algo único y dejarnos llevar por lo que nos está trayendo.
Así, que la próxima vez que te frustres, piensa en esto, sonríe y agradece a la vida lo que te está ofreciendo.
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Dani.
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