No se tú, pero yo odio meditar, me pone de los nervios y ...
Venga, vamos a meditar.
Siéntate y cierra los ojos.
Ufff, no se como se hace. - me contesta
Por donde empiezo.
Meditar no es algo que tienes que saber hacer.
Porque es natural en ti.
Ya sabes cómo se hace, aunque no lo hayas practicado nunca.
Es como respirar.
No necesitas saber, te sientas y lo haces.
Quizás esto te parezca imposible ahora.
Pero tienes que entender que meditar es el acto de no hacer nada.
Meditar es estar aquí en silencio.
Meditar es mirar con atención hacia dentro o hacia fuera.
Meditar es volver a lo que eres.
Meditar es el estado al que vas cuando estás concentrado.
Es algo natural.
Por esto te repito, ya sabes hacerlo.
No es sólo para personas espirituales.
No es sólo para gurús.
Es algo que podemos hacer todos y, por encima de todo, es la herramienta básica para tu día a día.
Es tu navaja suiza, sirve para cualquier momento.
En el trabajo te ayuda a estar atento a lo que tienes que hacer ahora, dejando de lado las distracciones.
En las conversaciones te ayuda a escuchar de verdad, sin estar a tu rollo pensando sólo en lo tuyo.
En el amor te ayuda a estar concentrado en el otro, a fundirte con el otro, o otros.
A estar más despierto con lo que ocurre.
A observar, a sentir, a compartir … con mayor intensidad.
Y, por encima de todo, a descubrir en ti un poder interior que te va a permitir ser mejor en lo que desees.