Nuestra mente es un gran creador de ilusiones.

Muchas veces mejor que el propio cine.

Y esto la convierte en una generadora de sufrimiento.

Pero esto no tiene por qué ser así.

Si quieres, lo puedes cambiar.

¿Quieres saber cómo?

 

Recuerdo que una vez, en el cine, daban una película que me hacía mucha ilusión ver.

Hacía semanas que estaba esperando el momento.

Contaba las horas, los minutos, los segundos.

Había visto el tráiler y no podía esperar más.

¿Y qué ocurrió?

 

Pues que tantas expectativas rompieron la magia.

Todo tenía que ser tan perfecto que creé en mi cabeza una idea muy clara de cómo tenía que ser el momento.

Lo había preparado todo tan concienzudamente que estaba seguro de que nada podía fallar.

Pero falló.

 

La sesión estaba numerada y, cuando fui hacia mi sitio, había un par de chicos sentados a mi lado.

Esto me molestó un poco y, aún más, cuando la sala estaba casi vacía.

Empieza la peli y ese par empiezan a comer palomitas y chuches.

A beber, hablar y comentar las escenas.

Dos frikis del cine que se conocen todas las tramas y las iban desgranando, acertando todo lo que ocurría en la próxima.

Además, la peli no era para nada buena.

Vaya, que lo que tenía que ser una tarde de "cine" fue una tarde de terror.

Mi mente y mis expectativas me jugaron una mala pasada.

 

Y es que la vida funciona de esta manera.

Nos hacemos una idea de cómo van a ser las cosas y no acertamos casi nunca.

La mayoría de las cosas son una sorpresa.

Y lo mejor es adaptarnos e intentar aceptarlo.

Porque, de lo contrario, la vida se convierte en un infierno.

 

Y lo curioso es que estas expectativas también ocurren en la meditación.

La meditación es un fiel reflejo de nuestra vida.

Un laboratorio donde se reflejan todas nuestras emociones y pensamientos.

Porque si antes de sentarnos a practicar llenamos el momento de expectativas, nos vamos a encontrar como en el cine, que la película que queríamos ver solo existe en nuestra mente.

Que lo que habíamos planeado nunca va a ocurrir.

 

Por esto, es importante entender que en la meditación, como en la vida, cada escena es nueva y única.

Que siempre, vaya como vaya, es beneficiosa para nuestra mente.

Que es un fiel reflejo de nuestras experiencias.

O simplemente entendemos que todo lo que ocurre es como tiene que ser, que siempre es perfecto.

Por esto, meditar es tan efectivo para nuestro día a día.

 

Por esto con la meditación aprendes a observar estas expectativas y ves cómo las puedes solucionar para tu día a día.

Meditaciones que te enseñan que todo es perfecto, ocurra como ocurra.

 

PD: estoy preparando un curso online de meditación donde te contaré todas estas ideas, será para enero del 2025. Si estás interesado contacta conmigo y te cuento más: meditacion @ danimaresma.com